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Nota 5

 Intentando que la bestia en mi pecho se quede en su cárcel, sin éxito aparente o inmediato. ¿Será que descubrió en el universo una jugada cruel? A lo mejor es que aún no comprende lo que significa el trato. Y es que lleva muchos años en esa condena. Donde la sombra y la soledad lo arropan en el frio. Pensando en que ese día recibirá su última cena. Pero llegado el momento, con una alegre sonrisa les respondió. Es su vida una ruleta, pero ni el mismo se desespera. Su condena es flexible ya que su carcelero lo puede dejar libre. Quizá sea la única forma en la que su vida siguiera. O vuelva a su celda, donde así se desequilibre. :8)

Una conexión

Para Carlos todos los días desde que llegó a su nueva casa a principios de año tenían la misma rutina: Levantarse, buscar trabajo, preparar café y ver si algún conocido escribe algo en su red social favorita. La gente siempre asocia ese modo de vida a las grandes capitales, pero para Carlos, en cualquier ciudad es lo mismo.  Después de la búsqueda de todos los días, Carlos esperaba en el paradero de buses para volver al hogar. Es en ese momento donde se dió cuenta de algo fuera de lo común. Normalmente en ese paradero o estaba lleno de gente o no había nadie excepto él. Hoy, en cambio, había una persona. Él solamente la miró sorprendido, para luego volcar su atención a su teléfono. Miraba los mensajes cuando de pronto una alerta lo sacó del letargo: «No te preocupes. No eres el único que se extraña al verme aquí». Carlos sintió un miedo que lo hizo saltar del asiento. Llevaba meses sin entablar conversaciones con alguien a través de la red y sus amistades jamás le hablarían así. «¿Será

Gabrielle, parte 1

 El día anterior fue un día muy ajetreado para Gabrielle. Ella es de esas personas que tienen toda su agenda ocupada. Debe hacer convivir su rol de madre con el de trabajadora y con el de activista. Tanto amigos como familia le han expresado de muchas formas el deterioro mental que le genera su forma de vida, pero Gabrielle no le da importancia a esas voces. Y no porque sean irrelevantes, sino que para ella, esas cosas son tan importantes como respirar. Su mañana comenzó como cualquier otra. Mientras preparaba el desayuno para sus hijas, estaba pensando en su discurso en la reunión que tendría con un grupo de madres jóvenes. Estaba bien en esa rutina, cuando la detiene una voz en su cabeza. Lleva varios meses escuchando a una mujer. Gabrielle no la ve ni mucho menos la siente, pero cada vez que habla, es como si su cuerpo se detuviera por completo. —¿No te cansas de sostener ésta mentira? — le dijo ese ser —. Todo lo que tienes es una mentira, Gabrielle. Sabes muy bien que no es lo que

Sarah

        —Ya sabes la rutina, Sarah — dijo la psicóloga—. Recuéstate en el diván y dime como ha estado tu mes . «Si es rutina, ¿Por qué no la rompe buscando una pareja? Hay muchos mortales a los que les gustaría una persona que finge que no pasa nada», pensó Sarah. Ella se recostó en el diván. — Para que no tengamos el problema de la semana pasada, decidí cerrar las cortinas — explicó con algo de miedo la psicóloga—. Aún recuerdo tus gritos cuando mantuve la luz solar. Tras unos momentos de silencio incómodo, Sarah decidió que debía decir algo. estaba consciente de que no emitir ninguna palabra sólo haría que los motivos de sus sesiones tengan plena justificación. Además, cada visita a su psicóloga no era gratis y sus padres debían desembolsar una cantidad de dinero no muy pequeña. — Si la memoria no me falla, usted tuvo la culpa — dijo calmada pero desafiante Sarah—. Le dije que iba a llegar un momento donde no podría soportarlo. ¿Acaso usted no vive todos los días con el temor a morir

Nota 4: Un pacto en el recuerdo de tu presencia

 Y hoy el juguetón del destino quiso conectar nuestras calles,  claro que en roles diferentes y sin sentido. Tu en el papel de fuerza, preocupada de que el hielo no estalle y yo, personificando al corazón cohibido. Es obvio que si ambos reprimimos lo vital es porque aún hay algo. Descuida. No haré nada. Respetaré nuestro acuerdo. Pero, si no digo ésto, nunca me perdonarás por explicar lo que valgo. Estoy muy contento por ver en ti la felicidad que si representas en mi recuerdo. No es mentira lo que supiste. Mi vida ya está en su último viaje. Aunque sé que puedo tomarlo tranquilo al saber que tu estarás bien. Hablaré de la vida tuya con los ausentes, lo prometo. Ahora debo subir al carruaje mientras veo el baile de tus ojos en tan amado vaivén. No llores. Recuerda nuestro pacto. El que quede, debe celebrar la vida. Es más, me alegro que seas tu la que lo haga. Yo no tengo las fuerzas para hacerlo. Regálame el último abrazo mientras tu alma sostengo. Así yo arreglo las cosas para tu pro

Nota enana dedicada...

 Parece mentira que este año tampoco vendrá. Otro donde su velita de cumpleaños sigue prendida. ¿Qué puede hacer que una buena persona decida abandonarlo todo?  Hemos buscado en todos lados, llamamos a todos y cada uno de los lugares que frecuentaba, sin buenos resultados. Ni su prometido ha tenido contacto con ella.  Su guitarra quedó muda. Nunca más volvieron a la casa las canciones de amor ni de folclor. Era su especialidad.  Es que van cinco años que no se hace presente. Como dice un amigo: “¿Quién apagará la velita de cumpleaños de los muertos?”.  :8)

Nota 3: El recuerdo de un parlante gris en una cabeza

 El recuerdo de un viejo tocando la trompeta, Interpretando la pieza más dura de tu vida. Usando el instrumento para agrandar una herida que se agrieta, Para luego olvidar al malvado druida. Y la historia cambia cuando otro llega hablando de su mala suerte, De cómo hizo suya la calle buscando sustento esquivo. Se complementa con otro ende consolándolo, olvidando su propia muerte, Convirtiendo sus penas como sentimientos primitivos. Es ahí cuando aparece la alegría, la risa, los cantos. Lo que logra recordar la figura imponente de su alteza. La añoranza a la ama del día que elimina hasta los espantos. Y todo esto comenzó con el recuerdo de un parlante gris en una cabeza. :8)